Seis de cada diez aulas habituales de los centros educativos públicos de la Comunitat Valenciana no están dotadas con sistemas digitales interactivos. Estos dispositivos, que incluyen pizarras digitales, proyectores y paneles interactivos, mesas multi-touch o televisiones interactivas, se han convertido en algo más que un complemento para muchos docentes, que ya los han integrado en sus clases de forma permanente. No obstante, el porcentaje de aulas de la Comunitat con esta tecnología es del 40,8%, la más baja de todas las autonomías y se sitúa 22,4 puntos por debajo de la media nacional, que está en el 63,2%.

Así lo indica el informe Datos y Cifras del Ministerio de Educación y Formación Profesional, elaborado a comienzos del actual curso 2022/2023. El documento recoge las comunidades y ciudades autónomas en cabeza en este ranking: Melilla (91,9%), Ceuta (91,8%), Extremadura (80,7%), Islas Baleares (74,7%) y Galicia (68,6%). A la cola se sitúan Castilla-La Mancha (53,9%), Cantabria (53,4%), La Rioja (47,1%) y la Comunitat Valenciana (40,8%).

En el conjunto de España, la mayoría de los centros públicos (97,1%) dispone de conexión a internet, pero la dotación de sistemas digitales interactivos llega solo al 63,2%, según el último dato disponible. La brecha es especialmente acusada en los institutos de Secundaria y Formación Profesional, donde este porcentaje baja al 52,6%, frente al 70,8% de los colegios públicos de Educación Primaria.

Además, el número medio de alumnos por ordenador se sitúa en 3,8 escolares en la Comunitat Valenciana, también por encima de la media nacional (2,9).

Desde la Conselleria de Educación replican que actualmente se está implantando un programa para reforzar estos sistemas en los centros educativos públicos valencianos. El mismo incluye la adquisición de 7.300 paneles interactivos para sustituir las pizarras tradicionales; 83.900 equipos móviles de portátiles y tabletas con wifi; la instalación de red wifi de banda ancha en más de 1.000 centros educativos y, finalmente, el suministro e instalación de 3.300 aulas digitales en 77 institutos de Secundaria y seis centros integrados de FP.

El aula básica que ha sacado a concurso el departamento que dirige Raquel Tamarit está compuesta por una pantalla interactiva de 65 pulgadas para los colegios públicos de Infantil y Primaria y los colegios rurales agrupados y de 75 pulgadas para los institutos de Secundaria y los centros integrados de FP, un ordenador portátil y elementos complementarios según el pliego de prescripciones técnicas.

El presidente de la sección de Educación del sindicato CISF en la Comunitat Valenciana, José Seco, explica que, en los primeros momentos de la pandemia, con el confinamiento y las restricciones, su organización propuso un plan de choque estratégico en infraestructuras y sistemas tecnológicos que incluía alianzas con empresas tecnológicas, la compra de medios tecnológicos para las aulas y la provisión de conexiones de internet de calidad para los centros. "De lo que planteamos no se ha hecho prácticamente nada", lamenta.

Además, subraya que en ocasiones son los propios centros los que, con sus recursos propios, adquieren los proyectores para las aulas. "Muchas veces no se comunica adecuadamente a la Conselleria y eso puede desvirtuar los datos" sobre la implantación de estos sistemas en la Comunitat Valenciana. "Las aulas no son todo lo tecnológicas que merecen los docentes", añade, a la vez que pide más medios como un portátil o una tableta también para los profesionales.

Desde la Confederación autonómica de AMPA Gonzalo Anaya afirman que es "urgente" educar en las habilidades digitales para que el alumnado pueda "desenvolverse en este mundo interconectado", por lo que piden "aulas bien dotadas tecnológicamente y conectadas a los recursos educativos en la red" que ayuden a mitigar la "brecha digital" entre las familias. De hecho, recuerdan que esta exigencia curricular emana de la LOMLOE. Además, piden integrar las tecnologías en el aprendizaje para hacer un "buen uso" de las mismas, conociendo sus riesgos, y poder así relacionarse "con respeto y seguridad" en la red.

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